Desde hace un tiempo, las nuevas
tecnologías han creado espacios y ambientes en la sociedad diferentes a los
tradicionales; espacios colaborativos que han relacionado a los sujetos de
modos diversos a la vez que construyen nuevos
modelos de aprendizaje.
El recorrido en el seminario
Procesos de Aprendizaje en ambientes digitales, nos abre un camino de reflexión
sobre la amplitud de escenarios, contextos y lugares en los cuales se producen
los procesos pedagógicos, la idea de expansión del aula, nos invita a redefinir
el lugar de la escuela frente al desafío de enseñar, concepto que amerita una
pausa respecto a las nuevas interacciones, conexiones, redes y construcciones
compartidas entre los sujetos. Por supuesto, que estos ambientes, ponen en crisis
el lugar del docente frente al desafío de promover el e-learning
frente a la ruptura de los límites físicos y temporales que nos ofrecen las
nuevas tecnologías como herramienta para el desarrollo escolar.
En este contexto, las nuevas
alfabetizaciones, deben concebirse en el ámbito escolar como un derecho que
favorezca la construcción de nuevas ciudadanías, en donde organizar procesos de
enseñanza y aprendizaje para los docentes se convierte en un desafío respecto al dinamismo que
demandan los estudiantes, nativos digitales, frente a modelos y recursos
educativos abundantes en información.
Actualmente, la práctica de los
docentes se encuentra en el centro de la escena, y estos recorridos de formación,
nos invitan al desafío permanente de abordarla desde diferentes planos, uno de
ellos es la incorporación de las nuevas tecnologías en el marco del desarrollo
de la enseñanza en los diferentes niveles del sistema educativo. Por lo tanto,
pensar en clave de problemática esta incorporación a las prácticas educativas
nos enriquecen en el análisis multidimensional del contexto y las condiciones
educativas actuales y las transformaciones socioculturales y de los sujetos
respecto a las relaciones entre educación y comunicación.
Partiendo del criterio de
igualdad propuesto por la política educativa nacional, el acceso a la
información y el desarrollo de habilidades para el análisis, selección y toma
de decisiones se constituye como un escenario en el cual los vínculos
educativos se re-construyen a partir de nuevas formas de comunicación y entornos personales de
aprendizaje. Siguiendo a Edelstein
(2011) “mejorar la práctica como actividad ética y no instrumental exigen un
proceso continuo de reflexión de todos los que participan en ella”; por lo
tanto los esfuerzos por gestionar, organizar y llevar adelante estos procesos
demanda reconocer la importancia del trabajo colaborativo como formato para las
prácticas en una contemporaneidad que nos obliga a pensar nuevamente los
formatos escolares y las estructuras del sistema.
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