miércoles, 4 de mayo de 2016

Todo lo líquido se desvanece... si no hay aprendizajes.

Cultura líquida. Nuevas alfabetizaciones en el siglo XXI.

Planificar los procesos educativos, sobre todos los de enseñanza en un contexto en donde el desarrollo de la cultura líquida se convierte en una experiencia diferente a la del consumo de la cultura sólida que ha caracterizado los entornos educativos del siglo anterior y que hoy atraviesan las prácticas escolares.
El lugar de la escuela como lugar de alfabetización, se encuentra en una encrucijada sobre los métodos a través de los cuales los sujetos abordan y construyen el conocimiento.
Los avances tecnológicos y la llamada Wed 2.0 generan nuevas experiencias y entornos en diferentes planos culturales; sin embargo, la vorágine con la que esta información fluye, amerita nuevas alfabetizaciones que permitan a las sujetos convertirse en ciudadanos críticos de dicha información.
Area y Pessoa (2012) planean que: "La información en la Red es abundante, multimedia, fragmentada y construida socialmente en entornos tecnológicos. Lo digital es líquido y, en consecuencia, requiere nuevas alfabetizaciones a los ciudadanos del siglo XXI que les capaciten para actuar comio sujetos autónomos, críticos y cultos en el ciberespacio".
Las preguntas por el cómo llevamos adelante estos procesos en los contextos escolares para que se produzcan los aprendizajes, es uno de los desafíos más grandes frente a la presencia de prácticas tradicionales que muchas veces encuentran la imposibilidad en las TIC más que un recurso de gran potencial para la construcción de la ciudadanía, como así también los ámbitos del aprendizaje y las habilidades y competencias que estos entornos permiten desarrollar en un proceso guiado dentro de los contextos formales e informales de alfabetización.
El siguiente artículo nos da cuenta de cómo las información circundante, líquida y construida socialmente, es puesta en juego por los estudiantes para la realización de las actividades escolares, la pregunta es ¿cómo los docentes nosposicionamos frente al desafío de enseñar? ¿cómo colaboramos en los aprendizajes de los estudiantes para orientarlos en la selección de la información circulante en el ciberespacio? ¿qué intervenciones pedagógicas son posibles ante el desarrollo de sus identidades en los entornos virtuales como recurso para nuevas alfabetizaciones?

El desafío implica no sólo reflexionar sino comenzar a implementar prácticas concretas que pongan en jaque la enseñanza tradicional y los paradigmas educativos en este siglo.




2 comentarios:

  1. Hola María! Realmente muy interesante tu aporte sobre los desafíos que tenemos los docentes a la hora de incluir las TIC en los procesos de enseñanza en el contexto actual. Coincido con vos en que es necesario reflexionar sobre los cambios en las formas de aprender en el contexto social de inclusión de tecnologías en la vida de las personas ya que es ahí donde se producen transformaciones en los modos de producción y circulación del conocimiento y esto genera cambios en las formas de apropiación de los contenidos. Pero además hay que revisar las propias prácticas educativas para comprenderlas, enriquecerlas y modificarlas.
    Uno de los desafíos que quisiera destacar de tu publicación tiene que ver con el rol docente frente al uso de la tecnología. Hoy se ha expandido el acceso a la información a través de internet y el docente dejó de ser la única fuente de información. Una particularidad de las tecnologías digitales es su permanente mutación. Por lo tanto, es imposible definir un conocimiento estable, homogéneo, que pueda ser transmitido de generación en generación. El cambio es su constante y esta cualidad nos ubica permanentemente a todos, docentes y estudiantes en un lugar de un aprendizaje permanente, de búsqueda, de análisis de los nuevos lenguajes que se ponen en circulación.
    En este sentido, la autora Roxana Morduchowicz expresa que: “el gran desafío que tiene hoy la escuela -y éste es su gran cambio y transformación- es enseñar a pensar esa información, a analizarla, a procesarla, evaluarla y chequearla.”
    Así como es importante que los estudiantes aprendan a buscar información en formato papel, también es importante que aprendan cómo buscar información en Internet desde un sentido crítico. Y aquí sostenemos que el rol del docente es imprescindible para fomentar una actividad reflexiva, promover el desarrollo de la capacidad crítica para leer la información en forma selectiva, evaluarla y cuestionarla. Como plantea Pablo Bongiovanni: “[…] Hay un énfasis en la idea de ser puente, nodo, agente que habilita oportunidades, pero también se encuentra presente la función de seguridad y confianza para que los estudiantes puedan externalizar sus conexiones y le permitan al mismo docente ayudarlos más y mejor. Y El rol principal del docente se remitirá a su función de validación de las conexiones que realizan los alumnos…”
    Para finalizar, me gustaría compartir lo expresado por Emilia Ferreiro para reflexionar: “El gran desafío, consiste en aceptar los innegables beneficios de las TIC, explorar de inmediato sus potencialidades educativas, ponerse al frente, en la medida de lo posible, en lugar de jugar a retaguardia defensiva. Pero preservar nuestros saberes, conservar nuestra memoria histórica de cambios posibles y exitosos. No confundir piezas aisladas de información con conocimiento, no encandilarnos con las tecnologías pero tampoco condenar a nuestros alumnos a su ignorancia. Hemos luchado durante años para que todos tengan acceso a los libros y las bibliotecas. Debemos seguir luchando porque todos tengan acceso a las nuevas tecnologías de la escritura y la comunicación.” (Ferreiro, E. 2001)

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  2. Desafío
    Todas estamos de acuerdo en que, en materia de educación, se nos presenta un gran desafío. Una generación de docentes formados desde la más temprana edad y hasta su paso por los pasillos universitarios con un modelo de educación y un modo de entender el conocimiento que no encuentran cabida en las aulas actuales, hoy deben acompañar-guiar la construcción del conocimiento desde un contexto muy diferente.
    “Escuelas, universidades y empresas trabajan al servicio de la diseminación del conocimiento bajo la forma de contenedor. Ante la presión de un cambio constante (y puesto que han sido diseñadas para administrar productos, no procesos), estas organizaciones son incapaces de gestionar todo el espectro del conocimiento. (…) Todavía no hemos integrado a las estructuras educativas las habilidades y procesos que harán de nosotros ciudadanos del mañana. Mientras algunos están trabajando con estas perspectivas, la gran mayoría se refugia en las estructuras, preparando a estudiantes y trabajadores para un futuro que nunca existirá” .
    En este nuevo contexto, los conceptos y las prácticas de enseñanza-aprendizaje deben ser necesariamente re-construidos. Las reflexiones de George Siemens acerca de que las estructuras educativas existentes deben ser revisadas para satisfacer las necesidades de los estudiantes de hoy pueden ser la punta del iceberg para empezar a trabajar al respecto.
    En “Todo lo líquido se desvanece... si no hay aprendizajes” se plantea cómo este nuevo contexto socio-histórico presenta algunas dicotomías tales como:
    TIC’s: recurso de gran potencial vs/ imposibilidad en prácticas tradicionales
    Enseñanza tradicional vs/ paradigmas educativos de este siglo
    El rol y las necesidades de los estudiantes vs/ el rol y las herramientas del docente
    También para Siemens, nos encontramos entre dos mundos, con un pie en cada uno de ellos: uno, en los modelos y estructuras originados en (y al servicio de) la era industrial; el otro, en los procesos emergentes y las funciones del flujo de conocimiento de la era actual; y es así como nos sentimos muchos profesionales en el ejercicio de la docencia. Sin embargo, creo que en dichas dualidades se encuentra la clave para que el desafío se transforme en acción: la transformación del sistema educativo al tiempo que la formación, capacitación y/o actualización de los docentes puede ser el primer paso. Analizar y reflexionar sobre los nuevos modos de entender el conocimiento y el aprendizaje es el punto de partida.
    Si el conocimiento y el aprendizaje se definen por conexiones, si el conocimiento es conocimiento conectivo y sus redes se caracterizan por la diversidad, la autonomía, la interactividad, la apertura…, si el aprendizaje es algo más que la adquisición de conocimientos, si es un proceso de varias etapas: exploración, investigación, toma de decisiones, selección y rechazo de actividades y hasta valoraciones, reflexiones y auto-expresión, si el aprendizaje es caos, continuidad, co-creación, complejidad, especialización conectada y certeza continua en suspenso, si el aprendizaje es entendido como un proceso de formación de redes (…), el impacto en el sistema educativo es enorme (SIEMENS 2010) y, en consecuencia, los roles de educador y educando deben ser repensados:
    “El educador se convierte en apoyo (no en centro), el contenido no es tan importante como las conexiones, los aprendices encuentran valor en las perspectivas agregadas o combinadas, los aprendices se convierten en creadores de contenidos, y el aprendizaje es continuo, exploratorio y sostenido (no controlado ni filtrado por un solo agente).”
    A modo de conclusión, la clave desde mi punto de vista, reside en repensar el sistema educativo y sus políticas dentro de las cuales deberían considerarse puntos como la revisión de los contenidos académicos y el modo de ofrecerlos, el replanteo de la disposición áulica, el rol de los educandos y más aun fomentar la capacitación docente para que no quede librada a cuestiones de interés personal o de mera buena voluntad.

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